Los silenciosos 2. Capítulo 2.

Maritza que parecía perder los sentimientos con todo lo sucedido, se sentía más calmada. Entendía que la pérdida de su hijo, aunque nefasto, y a pesar de dolerle hasta lo más profundo de su alma, se aferraba a lo único que tenía a la mano: "Su nuevo hijo obtenido en medio de las circunstancias que la vida le deparó sin proponérselo". Sí. Ese era su afecto. Ni lo había esperado, ni tampoco nadie se lo había dado. Solo la vida. Y no era un regalo de Dios. No era creyente, pero amaba sus emociones, para así opacar la tristeza que la embargaba y reconfortar la alegría de una nueva vida que nació casi en los mismos momentos en que falleció el suyo. Y no era un destino, sino la fuerza que escogió al aceptar que Rogelio fuera su pareja ante la vista de todos los conocidos, con ese bebé recién nacido. Era su hijo, y nada más. Dentro de sus planes estaba regresar a Bogotá y con sus hermanas y mamá rehacer parte de su vida. No era fácil, pero sabía que Rogelio haría lo necesario para q...